Hace 400 millones de años, surge el batolito de Cerro Áspero,
una vasta extensión de granito de 440 km2. 300 millones de años
después, instruyó el plutón El Talita, fruto de una irrupción
magmática a 800 grados de temperatura.
La interacción de estas dos formaciones geológicas genera un paisaje irrepetible, de frontera, donde las distintas acciones tectónicas e hidrotermales proveen una riqueza mineral única en
Córdoba, que permite apreciar, a quien preste su mirada,
los secretos de las profundidades del terreno.