La fluorita es un mineral esencial para muchas industrias, su presentación geológica en forma de vetas, obliga a movilizar granito inerte
para poder recuperar el mineral.
En una idea sin precedentes este granito se reutilizó, dándole cimiento,
y hogar, a la terraza que ahora contiene al fruto de nuestro viñedo.
Luego de estudios topográficos e hidrológicos en la ladera de la montaña,
ese granito fue dispuesto en distintas granulometrías conformando un sustrato de rápido filtrado. Superficies, antes inhóspitas, cobraron vida en un terroir planificado para la implantación inicial de 8 variedades (Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Tannat, Tempranillo, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Cabernet Franc) y que, tras 4 años, dieron origen a nuestra primera vendimia vinificada.